El pasado 10 de febrero se concentraban en la capital miles de españoles, con la unión representada de las derechas por PP, Ciudadanos y VOX para reclamar la soberanía nacional del pueblo, de acuerdo a la Constitución, y pedir elecciones anticipadas a Sánchez.

He leído con detenimiento el manifiesto que se expuso en la Plaza de Colón, y quizá con algún que otro matiz sobre la figura del presidente y su gobierno, comparto la esencia del mismo en lo que puede resumirse en este párrafo final: «…Manifestamos la igualdad de todos los españoles ante la ley y el principio de solidaridad entre las Comunidades Autónomas. En España, nadie está por encima de nadie. En España, todos los españoles son iguales en derechos y deberes. Esta igualdad no depende de un gobierno ni de un parlamento; esta igualdad pertenece a los españoles y es, siempre, inalienable».

En esta semana el Presidente sigue su batalla a contracorriente para continuar gobernando con unos presupuestos en los que se liberan más de 2000 millones para acometer inversiones extra en Cataluña, fruto de una «conferencia bilateral» negada posteriormente con una flor de Pascua roja con el gobierno Catalán, exponiendo su hálito amarillo unos días antes de las pasadas Navidades, para suscribir lo pactado en Madrid y seguir adelante en aquello de la república catalana. Pero esto sin duda no es lo peor, pues entre las 21 peticiones filtradas estaba la de la figura externa que asimila a los dialogantes en igualdad institucional, y externaliza el «problema político» como una cuestión sobre el derecho a la autodeterminación, y otra vez recurrimos al diccionario para mediatizar y suavizar, pero ya no se engaña a nadie, el socialismo se resquebraja y pide cuentas de nuevo a su Secretario General. Lo último, una vez negado el relator y rotas conversaciones, es la presión mediática con ecos de liberación a la que se somete ya el juicio que comienza esta semana, en el que se acusa de rebelión y malversación a los separatistas por su DUI, y con la demanda separatista de que todo siga igual que el 1 de Octubre de 2017.

Entre los asistentes a la marcha de este domingo, una oleada de organizaciones civiles y tres partidos del centro-derecha que reclaman elecciones y, como respuesta, un Presidente aislado por muchos de los suyos, en un mitin en Cantabria. El fin de la historia ha llegado, esta semana se verán hasta dónde pueden llegar las promesas de Sánchez a los independentistas, juicio y presupuestos unidos en febrero. Pero ya nadie se atreve a cuestionar que no conseguirá continuar a cualquier precio su andadura en La Moncloa, ahora puedes comprar su receta en el «Manual de Resistencia» que publica al módico precio de 20€. Los barones y la vieja guardia lo leerán con avidez. En su absurdo juego, Sánchez continúa pactando, niega y amenaza con un órdago a Torra con una inminente convocatoria electoral, quizá advirtiendo que: «o sus presupuestos o la derecha», a la que de paso ve ganadora de esas posibles elecciones. El precio que el socialismo está pagando por su resiliencia es muy alto, hace unas semanas Andalucía y en unos meses qué será. ¿Recuerdan qué fechas propuse para elecciones? Después de lo andado ahora ya es demasiado tarde señor Sánchez para sus intereses si es que alguna vez fueron ganar unas elecciones.

 

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El órdago de Sánchez ante el Manifiesto que pide elecciones

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