Tras más de dos años sin comunicación institucional se producía un encuentro necesario entre el recién elegido Presidente del gobierno autonómico catalán Torra, y el nuevo Presidente del estado español, Sánchez. Al fin de casi tres horas de reunión el bilateralismo se recupera para la causa independentista, el constitucionalismo en la mesa y la nación de naciones dentro del artículo 2, marca el discurso político desde Moncloa.

Otra vez orquestado al detalle desde la Generalitat, se iniciaba con siete minutos de atraso un encuentro en el que se tratan de imponer los simbolismos de tú a tú. En este aspecto, tanto la palmada en la espalda al entrar en Moncloa, el lazo amarillo, los libros del Valle de Arán y mapas de la región, o el licor de ratafía, y las declaraciones finales desde el Centro cultural Blanquerma como cuasi embajada catalana en Madrid, querían diferenciar la reunión, incluso de la mantenida hace unos días por Sánchez con el Presidente Vasco, y tildar de poderes homólogos al estatal con el regional.

Lo cierto es que por el momento Sánchez ha logrado con su “paciencia”, denostada por muchos de sus adversarios, que Torra se adentre en el Estatut y por rebote en la Constitución, esperándole desde arriba de las escaleras. A la provocación sobre la autodeterminación del 1-O y sobre los presos “políticos” y “exiliados”, ha respondido con la negativa de la fuerza del derecho constitucional y su artículo 2, al debate secesionista y la no renuncia a la vía de la unilateralidad, con la recuperación de las comisiones bilaterales y nuevas reuniones de diálogo constructivo, y al pretendido autogobierno con nuevas inversiones en el Corredor Mediterráneo y revisiones de competencias dentro de la legislación.

Incluso hubo momentos para la distensión y Sánchez le llevó a su terreno, los jardines del Palacio, para mostrarle la fuente de los encuentros de Antonio Machado y Pilar Valderrama, seguramente que aprovechó para insistirle en recuperar la “normalidad” institucional. Este ha sido el resumen, desde una política legal que aguarda a Torra que ha sufrido ya grandes críticas a su aparente “aperturismo” desde sus propias filas.

Parece que Sánchez ha pasado con nota su mayor escollo para avanzar en su pretensión de agotar la legislatura, veremos cómo lo toman en Cataluña. Por el momento, la CUP provoca altercados en los autobuses turísticos, Freixenet fue adquirida hace unos días a precio “bajo mercado” por los alemanes y continúa la fuga de empresas, quedando la política sesgada por el proceso de secesión y el postureo ideológico de un independentismo que gobierna para la mitad de los catalanes, esperando quizá que el gobierno español lo haga para el resto, ahí está la oportunidad de Sánchez y el “secreto del hormiguero” en este asunto.

 

Blog: El Secreto del Hormiguero.

Quim de xenófobo a homólogo, pero con Sánchez en la Constitución

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