Desde el domingo 16 de Agosto mi teclado permanece a la espera de que mi ánimo remonte. Las secuelas de Covid-19, que a punto estuvo de mandarme al otro mundo, y complicaciones posteriores no relacionadas con el mismo, hacen que me preocupe más por lo mío que por lo ajeno. Pero hay cosas que a pesar de que uno se sienta distante, tienen la suficiente importancia como para sobresaltarle y obligarle a emitir una opinión sobre ellas. Las declaraciones del “bocachancla” de García-Page, el circo montado por la Fiscal General del Estado para tapar todo lo referente al caso Iglesias y como no, el batacazo del “Rey Sol Luis XIV”, perdón, Presidente Sánchez, ayer en el Congreso.

Sánchez, después de soñar en La Mareta que había dormido en  el mismo colchón que Franco  y haber superado un picotazo de un mosquito del Nilo en Las Marismillas, debió creer que con su figura mágica iba a llevarse al huerto a quienes  viendo sus centrífugos ideales truncados han convertido la política en un mercadeo. ¿Cómo se le ocurre pedir un euro a los del “Espanya ens roba” o al Judas vasco capaz de traicionar a su propia estirpe   por un puñado de ellos?. Aquí se lució también el “iluminado navideño” de Abel Caballero, Presidente de la FEMP, con un acuerdo sectario negociado a espaldas de la oposición y traicionando las siglas que representa, que incluyen a todos. Luciéronse también las borregadas social-comunistas que mantienen a este Gobierno del nuevo Frente Popular, pero tanto en uno como en los otros mantener los cargos o ir a sestear al Congreso tiene una servidumbre que ya a nadie nos extraña.

Pudiera ser que el fracaso del atraco a los Ayuntamientos derivase en un atraco a los ciudadanos y seguramente en ello está pensando. Los tres millones de funcionarios  y los casi diez millones de pensionistas (27,6% sobre el total de la población) pudieran ser los estafados por este Gobierno que regala pagas por tocarse los cataplines y tiene el mayor número, jamás visto en la historia de España, de paniaguados, enchufados, asesores, tiralevitas y soplapollas.

Y pudiera ser también que si esto no resulta, el Gobierno mafioso opte por atracar al conjunto de los españoles, primero ahogándolos con impuestos y luego embargando todas  sus cuentas y depósitos bancarios, un nuevo “corralito”  como el de Grecia hace cinco años o el de Argentina hace quince, de forma que los que tienen mucho huyan a tiempo y los desposeídos y la casi extinta clase media se queden con la cartilla de racionamiento. Y no se trata de una fantasía sino de algo en lo que están pensando, sobre todo el “moñocoleta” que predica estas prácticas en las repúblicas bananeras que supuestamente lo mantienen.

Se ha lucido también la polivalente Fiscal General del Estado Dolores Delgado, sí, aquella feminista que tratara de maricón al Ministro Marlaska y que ahora, a la vista de los escándalos que se ciernen sobre la cúpula de Podemos  y del “moñocoleta” cierra filas con toda la mafia político-judicial y hace encajes de bolillos para salvar de la quema a sus socios de gobierno. Lo ha hecho de manera tan infantil que a nadie se le escapa lo que quiere tapar. Lo que no se le ha ocurrido a la superfeminista podemita Irene Montero lo ha visto ella, superfeminista socialista (que no es lo mismo) y no sé si después de fumarse algo (es una suposición) vio en pleno éxtasis una señal de tráfico de cuando Franco era cabo en la que se avisa del peligro de proximidad a centros escolares y tránsito infantil. En ella se ve a un supuesto niño que tira cogido de la mano de una supuesta niña, una vergüenza machista que hay que eliminar en un país teledirigido por el lobby LGTB.

Realmente lo que veía en su delirio no era un niño tirando de una niña, eso era solo la mitad de una  señal. Lo que veía realmente en esta primera señal triangular vertical era a  Sánchez tirando del “moñocoleta” y en la media señal siguiente, invertida, a más de la mitad del pueblo español intentando correrlos a hostias y eso la alarmó hasta el extremo de considerar que el mayor problema que tiene actualmente Esoaña es actualizar las señales de tráfico adaptándolas al ideario LGTB.

En fin, que el circo gubernamental da para mucho y sus jaleadores mediáticos del pesebre viven sus mejores tiempos. Para colmo, a una España enferma de cáncer con metástasis le han ido a tocar los peores médicos.

Del “bocachancla” de García-Page se tratará en otra ocasión. Por hoy ya es bastante.

www.pacodelhoyo.blogspot.com

Sánchez se quedó con el culo al aire