Hasta visitar Chipre, Cercano Oriente, siempre ponía el mismo ejemplo en el caso de terceras personas en una relación entre dos: “en un taxi ocupado no entra otra persona”, decía yo. Es decir, en el corazón de una persona enamorada de otra, no se admiten más ocupantes. Opinión discutible, pues hay personas con el corazón muy acogedor y cariñoso, tal vez porque  la naturaleza de una persona no es ser monógama y son ciertas culturas quienes la han impuesto, para el desarrollo de la familia y el equilibrio social. Teoría también discutible por la presencia de parejas homosexuales o estructuras monoparentales.

Una  vez ubicado en mi hotel, en la parte grecochipriota, pedí  a un taxista que me llevase a Nicosia, la capital. Habíamos circulado unos 200 m. cuando el taxista paró, habló con el señor que le había hecho un gesto para que se detuviera y le abrió la puerta para dejarlo entrar, cosa que hizo. Le protesté pues yo no lo había autorizado y me replicó diciendo que yo no lo había alquilado en exclusiva. Cierto, pero no tenía conocimiento de que había que hacerlo. Fui acompañado y, eso sí, me salió más barato. Desde entonces ya no pongo ese ejemplo para justificar terceras personas.

Curiosa isla. Aparte de tener esta zona griega que supone los 2/3 de la isla, con su himno, que es el de Grecia y que está en la Unión Europea desde el 2004, no reconocido por Turquía, a la que quiere adherirse (sic). Tiene otro casi tercio que es turco, por ocupación de éstos en 1974; es la República Turca del Norte de Chipre, con himno de Turquía,  reconocido únicamente por Turquía, además de por la Organización de la Conferencia Islámica. Hay una zona de avistamiento desde la parte griega; muy cuidada ésta y tercermundista la turca. Además existen dos zonas autónomas de ocupación inglesa. Y más curiosa es su historia, que resumo.

Cuando llegaron los humanos a la isla, hace unos 10.000 años, desaparecieron hipopótamos y elefantes enanos. ¿Qué hacían estos animalejos allí? Hace entre 1 y 3 mills. de años llegaron mamuts a la isla de Creta, posiblemente arrastrados por algún tsunami. Por la falta de agua y alimento, después de miles de años, por el fenómeno de enanismo insular, fueron cambiando disminuyendo de tamaño. Sus crías eran ya del tamaño de un gato y nadando se extendieron por las islas, como Malta, Cerdeña, Chipre, etc.,  utilizando sus trompas como tubos de buceo.

Chipre fue colonizada por fenicios, griegos, egipcios, persas… De éstos los liberó Alejandro Magno a cambio de que le ayudasen contra Fenicia. A la muerte de éste, otra vez vinieron los egipcios y después los romanos. San Pablo, anduvo por aquí, predicando después de lo del caballo y (pregunta para trivial) logró que fuese el primer país del mundo gobernado por un cristiano.

Después de  la caidita de Roma, la ocuparon bizantinos y árabes y en 1192 (otra de trivial) entraron los cruzados al mando de Ricardo I Corazón de León, que se coronó como Rey de Chipre. Más tarde don Ricardo se dedicó al cine (su leyenda). Posteriormente la ocupó la República de Venecia y en 1570 los turco-otomanos. Luego ya, como casi todo, colonia británica en 1878. Tras la Segunda Guerra Mundial, existieron unas revueltas en la isla para la unión de Chipre con Grecia, lideradas por el arzobispo Makarios III, siendo deportado a las islas Seychelles y en 1960 existió un acuerdo inestable entre griegos, turcos e ingleses para la independencia  con la unificación de ambas comunidades, siendo Presidente Makarios, hasta el golpe pro-griego de 1974, apoyado por la dictadura griega de los coroneles, lo que provocó la invasión turca y la división citada. A destacar que hubo una consulta en la parte griega que rechazó la unión con la turca…

En 1999 hubo un terremoto de 7,4 grados en  Izmit, Turquía, frente a Chipre, que provocó sobre 17.000 muertos. Me pilló allí. Duró 37 segundos interminables. Era de madrugada y 44 minutos antes hubo una alerta por deslizamiento lento de la falla en Anatolia. Me despertó un sonido sordo, envolvente, único, sobrecogedor, profundo, misterioso e inolvidable, previo al movimiento. La cama era movida como se mueve una sartén al hacer palomitas, mareante. Algunas cosas cayeron al suelo. La habitación parecía un módulo lunar sin control.  Con calma me dirigí al baño (cada uno tiene sus prioridades)  y después de utilizarlo, pensé que ya estaba preparado para lo que viniese. Salí a un patio donde parecía que se iba a rodar el Thriller de Michael Jackson por los personajes esperpénticos que había (no se habían acicalado como yo), asombrados, acongojados, yendo de un lado a otro, intercambiando sus miedos en otra torre de Babel. Hubo algunas réplicas más pero eso ya me pilló bañándome plácidamente. Ante la inminente amenaza de un tsunami, me embarqué en el primer y único barco que salió de la isla. Era muy cutre, desconchado y antiguo. Un camarote de un viejo submarino, era más confortable, pero ese barco me ayudaba a dejar los sismos y tsunami, me llevaba rumbo a Israel…

 

 

 

Tsunami

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