Parece que ir de despropósito en despropósito es el vademécum de la izquierda española. La  más radical a la cabeza, y de sus representantes en las Instituciones, con  excepciones. Que las hay. Pero las menos. En algunos sitios van de disparate en disparate, desbarrando de forma necia, con gestos donde el sentido común está en otra galaxia.

No se sabe si el periodo electoral les mueve a protagonizar gestos irracionales que quieren cubrir con el manto ideológico que les envuelve y que a veces hasta confunde a los “suyos”.

Hay nombres que destacan sobremanera, por la actitud tan rara e inestable que mantienen. Se creen que sus Ayuntamientos, Diputaciones, direcciones de servicios públicos e Instituciones, son su corralito. Algo que criticaban siempre. Claro que llamar y abrir no es lo mismo.

A la cabeza de “proyectos” laicos raros, están las alcaldesas de Barcelona y Madrid, Colau y Carmena, además de su colega gaditano “Kichi”, como los más destacados y mediáticos, entre otros.

Ada, tiene mucho empeño en promocionar en Barcelona el solsticio de invierno. ¡Vaya tela¡ Además de otras tontunas, se les ha metido entre ceja y ceja que hay que cargarse las tradiciones españolas de mayor arraigo.

Para él y ellas (como se dice hoy) hay que “cortar por lo sano” y dar otro sentido a la Semana Santa y a la Navidad, tal y como las entendemos la generalidad de los españoles, sin importarles un pimiento lo que estas fiestas son y representan para millones de personas en todo el mundo, pese a ser celebraciones muy arraigadas, al margen de ideas y pensamiento.

Según la “ilustre” alcaldesa de Barcelona, “con el solsticio de invierno celebramos el triunfo de la luz sobre la oscuridad, en un momento que anuncia que la primavera llegará pronto”. ¡Chúpate esa mandarina¡ La pretensión de restar protagonismo al alumbrado navideño, por ejemplo, parece que no será para tanto, ante las presiones de los barceloneses y del comercio. Se ha sentido “generosa” permitiendo, al final, la Cabalgata de Reyes y el pesebre de la plaza de San Jaime. Para combinar, habrá otros actos de reciclaje sostenible, magia y sus derivados.

En cuanto a la señora alcaldesa de la capital de España, las ocurrencias y las idas y venidas, sin saber a qué carta quedarse, ha tenido que ceder a sus “genialidades” iniciales, permitiendo, finalmente, cuatro belenes municipales, pero más pequeñitos que otros años, para no perder la razón del todo. Eso sí, para completar el programa navideño, los madrileños tendrán poesía serbia, cine coreano, karaoke chino, danzas griegas, comida árabe y otros divertimentos ingeniosos. A “Kichi” le viene bien que el Ayuntamiento de Cádiz no suela montar belén municipal. Y hasta ahí puedo leer. La Coruña y Zaragoza, éste año se salvan de las “genialidades” de sus respectivos consistorios. Y estamos empezando. Otro día hablaremos de sus alucinantes iniciativas políticas. Lo bueno que tienen los tres es que van a dar mucho juego informativo en ésta legislatura. ¡Vaya tela! ¡Qué Dios reparta suerte!

Vaya tela

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