El Debate el pasado 30 de noviembre organizado por El País, supuso la inauguración de un nuevo modelo tecnológico de intercambio, asentando a Internet en las campañas electorales transformándolas, abriéndose una ancha puerta al futuro de la comunicación política, consecuente con los cambios de fondo que experimenta nuestra sociedad deseosa de nuevos horizontes. Pedro Sánchez, Albert Rivera y Pablo Iglesias eran conscientes de que se disputaban los votos de las fronteras de cada uno de ellos. Explicaron sus razones debatiendo sobre sus motivos para disputar el poder. Tuvieron la oportunidad de exponerse ámpliamente ante los ciudadanos. El debate se desarrolló sin  concesiones y en términos duros. Los tres dejaron claro que son líderes de referencia para el futuro inmediato de nuestro país.

Los debates a los que los candidatos concurren directamente, constituyen la mejor fórmula para decidir el curso de una campaña muy distinta a anteriores elecciones generales. El problema de la política moderna es convencer. Sin impugnación razonada de ideas, sin intercambio, sin contradicción, sin análisis confrontados; solo queda soliloquios y monólogos. Es preferible debatir una cuestión sin resolverla que resolver una cuestión si debatirla. Tenemos demasiadas cuestiones pendientes que necesariamente tendrán que resolverse desde el diálogo y el acuerdo.

Puede extrañar que el Sr. Rajoy se niegue a debatir con tres de los aspirantes a la presidencia del Gobierno, pero es absolutamente coherente con su táctica habitual de dormir los debates políticos sean del género que sea. Baste recordar su rechazo a 105 peticiones de comparecencia presentadas por la oposición. Ha demostrado en la pasada legislatura, un elevado nivel de alergia para discutir en el Parlamento, haciendo evidente una fragilidad de fondo de un político que solo  se permite comparecencias públicas en las que se pueda sentir cómodo, para lo cual se hace entrevistar en solitario.

El próximo día 4 de diciembre comienza una campaña electoral para unas elecciones generales con una transcendencia especial. Nunca ha estado la cohesión territorial de España tan afectada como ahora, a consecuencia de la brecha abierta en Cataluña por la tensión separatista. Sin olvidar la salida de una prolongada crisis económica, que ha puesto a prueba algunos de los consensos básicos de la sociedad española, acentuando las desigualdades existentes. Si en esta campaña, los debates  tendrán por primera vez una espacial relevancia ¿Cómo es posible que el Sr.Rajoy se descuelgue de un debate con los principales candidatos a La Moncloa? ¿Cómo es posible que un presidente del Gobierno en funciones y candidato a presidente, rehúse a los ciudadanos el derecho a verle debatir con sus principales oponentes electorales? VEREMOS.      

JUAN FRANCISCO FERNÁNDEZ – Ex presidente de la Diputación Provincial

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Debate a tres, más un ausente

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