No se qué pasará al final, pero cierto que “no hay más cera que la que arde” en nuestro livinidoso ambiente político, aunque siguiendo con el refranero popular “no hay nublado que dure un año”. Eso esperamos los españoles.
Nuestros políticos de hoy se han propuesto superar con creces cualquier récord Guinness, y así entrar en todas las enciclopedias de historias raras que podamos imaginar donde el sentido común desvaría.
Después de lo visto la semana pasada, incluido besuqueo imbécil de Pablo y Xavier, en el centro del hemiciclo, como parte del espectáculo, confundiendo el Congreso de los Diputados con otras movidas. Hasta a los leones de la calle se les pusieron las melenas como escarpias. Sin olvidarnos de la acusación del niño Rufián, de apellido, y por nombre Gabriel, hacia la bancada de Ciudadanos, en referencia a que el partido de Rivera, no hubiera condenado todavía el franquismo. Aún con esas. Pobre chico. Y encima aforado.
Lo peor fue la reacción innecesaria y peliculera de ofensa, por lo dicho por el monaguillo de Joan Tardá. No merecía la pena montar aquél espectáculo donde el pobre Patxi trataba de ser conciliador. No salen de ahí. Siempre lo mismo. Tienen menos ideas y recursos que un equipo de canicas en el desierto. Y es que no sólo “no hay más cera que la que arde”, sino que “por la boca muere el pez”. Y aquí hay mucha pescadilla suelta.
El presidente del Congreso, estuvo más despistado que el “rabo una cometa”. Aprovechando la bisoñez en el cargo, algunos diputados, de uno y otro lado de la bancada, con, o sin intención, hicieron que el pobre Patxi pasase algunos apuros.
Cada día, estoy más convencido de la necesidad que muchas de sus señorías tienen de leerse algunos de los libros de “buenas maneras” que circulan por ahí. Confunden su forma de vestir, con la diaria a la hora de pasear el perro. Y sus intervenciones tienen siempre el matiz mitinero de las concentraciones con los colegas.
Las maneras y las buenas ideas suelen ser más efectivas que los insultos y golpes bajos. Salvo que, como ocurre, busquen, como recurso, las primeras páginas de los periódicos y abrir los informativos de televisión. España necesita representantes políticos serios y preparados en éstos menesteres. A los que de verdad, y sin tanta floritura mediática, que realmente les importen los problemas de los ciudadanos, como primera preocupación, y no sólo su persona y lo que dicen representar. Esos nos sobran.
España sigue huérfana, pero no libre de fracking político. Todos los lideres políticos españoles (sin excepción) deberían aparcar sus ambiciones personales y de partido. Si son incapaces de evitar seguir haciendo tanto daño, mejor es que se marchen a casa y se dediquen “a la bolsa”. Ya saben a lo que me refiero. De tienda en tienda y supermercado en supermercado en busca de buenas ofertas.
Estos dias hemos visto con indignación, más que con sorpresa, cómo algún político aspirante vendia el “producto” al cliente confiado, mientras que en la trastienda, negociaba otro precio con el cliente aprovechado, porque, según algún líder socialista esa es “una decisión transversal e incluyente”, entre otras lindezas justificativas. ¡Válgame Dios¡ Y nosotros con pantalón bombacho todavía.
España es mucho más importante que todos ellos juntos. Y si quieren divertirse, que encarguen a un amigo informático un vídeojuego en el que puedan desahogar sus frustraciones, incluidas las de no poder dormir ¡ya¡ en La Moncloa, en el colchón del hipotético “enemigo”.
La patata caliente la tiene ahora SM el Rey, D.Felipe VI. ¿Qué hará si los candidatos fallidos Rajoy y Sánchez, vuelven por sus fueron y ambos quieren pasar, otra vez, por el aro de una sesión de investidura? Siempre y cuando, algún otro “ciudadano”, político o no, se considere con mimbres suficientes como para asumir esa responsabilidad? Eso sería ya la repera. Mientras tanto, lo mejor es hacer una quiniela con el 1-X-2, para no equivocarse, o la famosa Primitiva que tanto se promociona hoy. Mejor nos iría. Si tocan, claro. Hay que esperar a que el bombo de la vuelta y vomite la bola. A este paso no cobramos ni el reintegro.

No hay más cera que la que arde

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