Aprovechando que estamos en pleno verano, desde Bruselas, por teléfono, se da a conocer los plazos que el Presidente en funciones tuvo en su cabeza desde hace semanas. La votación de su investidura para el próximo martes día 23 de julio. Tres semanas por delante para provocar el álgebra que posibilite un gobierno exclusivamente socialista o la condena a unas nuevas elecciones que provocaría la oposición, una segunda vuelta real, y de la que los frutos se recogerían por Sánchez, que anuncia ya unos 145 diputados.

Quedan dos Parlamentos regionales clave en este período por dilucidar, el de la Comunidad Foral y el de Madrid, donde dos figurantes de fuera del sistema, tras la línea roja de Ferraz y Rivera, tienen mucho que decir, me refiero a Bildu y a VOX.

Respecto al Presidente a elegir para España, al apretar el cinturón del calendario, obliga a que se forme gobierno antes del 23 de Septiembre, sin opción a Sánchez, o que en otro caso se convoquen elecciones para el 10 de Noviembre, en las que una densa campaña electoral veraniega a priori daría más diputados al PSOE a costa de Podemos y Ciudadanos, tendiendo de nuevo a un claro bipartidismo de segunda vuelta.

Pero la postura en la UE no es desdeñable, allí Borrell será una gran baza de Sánchez, en política exterior, dejando a Puigdemont aislado en Bélgica, eliminando de nuevo las embajadas catalanas, eso sí el “Conseller” (Consejero) de interior, entre llamas, habla de la ayuda del vecino estado español con una pierna mordisqueada por una plaga de mosca negra en el Ebro, quizá viniera de Castilla.

Bromas aparte, cada vez admiro más la estrategia de este malogrado socialista por el que ningún compañero daba un duro hace unos meses, y que tiene en jaque al centro derecha y a la extrema izquierda con una investidura constitucional a su consta, e incluso una opción de gobierno de centro que repudiara Rivera en la campaña, o eso, o nuevas elecciones en las que la postura frente al independentismo de Ciudadanos sería ya propiedad socialista, y el pacto con furtivos del sistema lo haría la oposición, respecto a Podemos los sillones de la pareja Montero-Iglesias terminarían con el sueño morado.

Mientras, sin gobierno, sin presupuesto, sin política de largo plazo marcamos récords en afiliados a la seguridad social, aunque con contratación temporal, y descendemos a poco más de tres millones de parados registrados, la menor bajada desde 2009 en junio. Pero el temor a una desaceleración aún en tiempos de volatilidad política parece ahora, en tiempo de vacaciones y de incendios, estar más lejos.

 

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