Crece como hongos la opinión de quienes creen que Puigdemont está fuera de este mundo, en Babia, en la luna de Valencia, en la inopia, en el limbo, en una realidad que ya no se corresponde con la que actualmente se vive en España. Puede que lleven razón. Hay un dicho muy castizo que asegura que “el camino se acaba pero el tonto sigue” y no creo yo, en mi humilde opinión, que el camino de “Cocomocho” tenga otro recorrido que no sea el que conduce a Alcalá Meco. Puigdemont sabrá seguramente que allí se acaba el camino, pero él sigue dando la vara, apoyado por doscientas varas de alcalde, nunca mejor consideradas como armas, que éstos tuvieron que facturar camino de Bruselas por temor a que hicieran de ellas el mismo uso que en sus respectivo ayuntamientos.

Hay cuatro apuntes que yo haría de lo que el Gobierno debe acometer en un plazo cortísimo para solucionar males futuros.

El Gobierno debería elevar una protesta ante el Gobierno de Bélgica por permitir que un prófugo de la Justicia española se permita organizar manifestaciones y actos públicos antiespañoles en la capital belga. Igualmente, el Gobierno debería impedir que un prófugo de la Justicia española pueda presentarse a unas elecciones en España y que organice su campaña en territorio belga. Puigdemont no puede tener el mismo tratamiento que Junqueras y otros investigados, unos dentro y otros fuera de la cárcel. Al menos ellos dieron la cara y están organizando su defensa con los medios a su alcance dentro de España. No están condenados luego tienen todos los derechos civiles que cualquier otra persona. No en cambio Puigdemont, que está fugado y con orden de busca y captura. Este sujeto no debería intervenir en un proceso electoral a menos que volviese a España y respondiera de sus actos ante la Justicia como ha hecho los demás. Una campaña electoral dirigida desde Bruselas y con lo que ahora se conoce de interferencias rusas y venezolanas en las redes, solo puede perjudicar la imagen de España y poner en cuestión por demasiado garantistas la Constitución y las Leyes.

Los efectos del 155 siguen siendo una quimera mientras los medios de comunicación sigan reconociendo y defendiendo el “Gobierno legal de la República Catalana”. A los medios privados se les ha acallado cerrándoles el grifo al que les tenía acostumbrados la Generalidad. Pero quedan atrincherados los medios públicos, TV3 y Cataluña Radio, que siguen intoxicando al personal y difundiendo mentiras y soflamas contra la opresión española y sus presos políticos. Mientras no se intervengan estos dos medios públicos no podrá garantizarse la neutralidad en el proceso electoral. En la misma situación, aunque se trate de entidades civiles, deberían vigilarse sus actos e investigarse su financiación para colocar  fuera de la ley a Omnium Cultural y ANC, que son parte importante en la estrategia y logística del movimiento independentista.

El tercero de los apuntes pasaría por aconsejar a quien proceda que harían un gran favor a España aplicando a Junqueras y Cía. el mismo tratamiento que a Forcadell y su tropa. El victimismo que Junqueras busca como apoyo a su campaña si sigue en prisión es darle un trato de favor sobre otros candidatos que concurren a elecciones con un programa de gobierno, que de eso se trata en Cataluña, de volver a la normalidad gobernando para todos los catalanes, no de convertir en plebiscitarias una selecciones en las que los buenos estarían en prisión o exiliados mientras que los malos serían los inquisidores, franquistas y demás calificativos.

Por último, sin una purga en el sistema educativo catalán, allá donde se demuestre que ha habido adoctrinamiento e intoxicación en las aulas, no se cortará el cáncer que se extiende por las escuelas catalanas, no tanto en las ciudades como en el medio rural donde la presencia de España es prácticamente nula.

También crece como los hongos la opinión de que García-Page está huido de la realidad castellano-manchega. Entre los malos consejeros, de los que sospechan de puertas adentro en el mismo PSOE y la presión a que está sometido por quienes le mantienen en Fuensalida, lo cierto es que Page deambula por la geografía manchega convertido en un “don promesas”, diciendo a la gente lo que quiere oír pero alejándose cada día más de quienes, dentro o fuera de la región, le pueden mantener en la poltrona.

Ha aparecido por Yeste a limpiar su mala conciencia y engañar de nuevo a los afectados por el incendio ofreciendo –a TRAGSA- 500.000€ para la recuperación medioambiental y arreglo de infraestructuras dañadas. A TRAGSA y a otras pequeñas empresas montadas en torno a la Consejería que se comerán el presupuesto sin que los directamente afectados en sus propiedades y negocios  tengan ayudas directas y compensaciones. Bono hizo lo mismo en 1994 cuando prometió  dos mil millones , de los cuales los vecinos de Yeste apenas vieron las sobras.

En Albacete se decanta por defender al bando susanita en  el Congreso Provincial frente a los que dominan el futuro del Partido, los sanchistas, que animados por las posibilidades futuras del líder están en pie de guerra contra el viejo aparato plagado de corruptos y parásitos. Page se inclina por quien no le va a poder dar nada y se enfrenta a quien puede mantenerlo. Si en su peregrinación por las nubes perdiera, que es muy posible, la opción de gobierno en las próximas elecciones, su cadáver político será pasto de los buitres, muchos de ellos de los que ahora le adulan.

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Puigdemont y Page, dos huídos de la realidad

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