Esta semana próxima los ayuntamientos celebrarán los plenos extraordinarios que marca la Ley Electoral para la elección de los miembros que compondrán las mesas electorales, el día 10 de junio comenzará la campaña y el 26, en pleno puente de San Juan en Albacete, votaremos un nuevo parlamento, con unas candidatura antiguas, ya que en gran parte son las mismas que nos llevaron a las elecciones del pasado 20 de diciembre.
Las encuestas están apareciendo día sí, día no, todas apuntan a una tendencia de mantenimiento del voto de los populares, la subida de la coalición formada por Podemos e Izquierda Unida, la bajada del Psoe y una ligera alza de los Ciudadanos de Rivera.
Estas elecciones podíamos considerarlas como la segunda vuelta de las de diciembre y por eso no entiendo el porqué de la cabezonería de algunas formaciones políticas al repetir con los mismos candidatos, vieron que no funcionaron y erre que erre con los mismos, pudiendo haber hecho cambios donde no funcionaron. Entiendo del inmovilismo de los que tuvieron unos muy buenos resultados, pero los que se la “pegaron”, repetir con los mismos es como lo del refrán “el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra”.
Estas elecciones pienso que serán las de la abstención, no se repetirán los mismos índices de participación que en diciembre, ni mucho menos, porque el electorado está cansado y estos meses sin gobierno y con el disparate de negociaciones le han desanimado mucho más. Los partidos de izquierda se equivocaron todos al no pactar un gobierno, cuando pudieron hacerlo, ya que el gran triunfador de este desgobierno fueron los populares, que asomados desde el balcón han visto como sus adversarios se enfrentaban unos contra otros y ellos ganaban votos sin hacer prácticamente nada.
Los que piensan que las elecciones del último domingo de junio serán calcadas a las de diciembre, creo sinceramente que se equivocan, ya que los electores han visto como han evolucionado todos y algunos pagarán su personalismo y sus egos personales.
Esta campañas y los gastos electorales nos los hubiéramos podido ahorrar todos los españoles, y tener desde hace meses un gobierno que estuviese trabajando de verdad en la creación de empleo, intentando salir de la crisis económica y, en definitiva, gobernando para todos.
Las encuestas se pueden equivocar ampliamente, como ha ocurrido en otras ocasiones el 26 de Junio, debido a una muy importante abstención y esto podría tener unas consecuencias muy notables para los partidos. El pescado, como se dice en el argot electoral, no está vendido del todo y algunos podrían llevarse una importante bofetada la noche electoral, y no estoy hablando de la derecha, ya que el Partido Popular tiene un electorado súper fiel y haga frío o calor, detengan a medio partido o salgan más casos de corrupción, siempre votará en bloque, y estos votos los tienen seguros. La sorpresa puede estar en la izquierda y alguno la noche electoral podría entonar el “mea culpa” y poner su cargo a disposición del partido, y sino al tiempo.

¡Sorpresa, sorpresa!

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