Los vecinos que por aquí residen dicen no poder aguantar más. Llevan tres años padeciendo una situación que ya se les hace muy cuesta arriba. La que parece ser la culpable: esta mezquita.
Aquí acuden los hombres musulmanes a rezar, mientras que las mujeres permanecen fuera con los hijos. Es entonces cuando se crea el clima de tensión.

Quejas vecinales