Aleluya, devotos socialistas. Vuestro jefe ha superado el pasmo que le causó el 21 de Diciembre y aparece entre los mortales con una nueva parida, muy propia de su escasez de recursos, con la que pretende convencer al respetable de quiénes son los malos de siempre y qué medidas hay que tomar contra ellos. Sánchez emulando a otro indigente intelectual que le precedió, se despacha con la idea que cambiar el curso de la historia, de la historia de los pensionistas en este caso. Dice el líder socialista que los Bancos tienen que pagar más impuestos para sufragar las pensiones y con ellos, todas las transacciones bancarias que realicen ellos y sus clientes. Los Bancos, dice, que fueron rescatados con dinero público y que ahora deben revertir al Estado lo que en su momento se les dio.
Imagino que en las directivas de Santander, BBVA y CaixaBank se habrá producido una diarrea general por el susto y es que estas cosas, Pedro Sánchez, se dicen el 28 de Diciembre y no ahora, que la gente está en las rebajas y ya no les importa ni el folletín catalán. Imagino que Sánchez ha debido pensar en algunos como Caja Astur/Liberbank que se beneficiaron de los nueve mil millones de Euros que costó al erario público la gestión socialista de la CCM, (Caja de Castilla La Mancha), porque no creo que los tres grandes del sistema bancario, que han salido de la crisis por su cuenta y no han recibido un céntimo del Estado salvo las compras por cero Euros que salvaron a mucha gente del horizonte del desempleo, estén por la labor de disminuir su cuenta de resultados.
Sánchez debe tener algo contra los del Ibex 35. Sánchez y gran parte de la izquierda garrula que aún perdura por los rincones de las Españas. Pues adelante, Pedro Sánchez, coja Vd. la lista y a por ellos. Que paguen por su volumen de negocio, Santander, Inditex, Telefónica, BBVA, Iberdrola, Repsol, Caixabank, Acelormittal, Gas Natural y Bankia. Seguro que todos ellos, demonios que lo son para podemitas, tienen algo que agradecer al Estado y por tanto algo con lo que pagar el agradecimiento.
Además, Pedro Sánchez he copiado la idea a los podemitas y el otro vapuleado en las catalanas, Iglesias, le reta a compartir la idea y plasmarla en una ley en el Congreso. De nuevo el líder socialista ha caído en la trampa que a diario le tiende Iglesias y ahora se tendrá que desdecir so pena de ir de la mano de quién pretende engullirlo desde la izquierda.
El sistema de pensiones en España ha quebrado porque estaba pensado para una sociedad distinta a la actual en la que había poco paro y la gente se moría mucho antes. La realidad actual es la contraria, la esperanza de vida crece, la población envejece y cada vez son más los perceptores y menos los que tienen que mantener el sistema, de ahí viene la pregunta del millón “yo pago para asegurar las pensiones actuales pero ¿quién pagará para asegurar la mía?”.
La cuestión no es tema menor y desde luego no como para parchearlo con demagogias ni ideas iluminadas sino para sentarse a la mesa los representantes políticos y los agentes sociales y no levantarse hasta haber parido un nuevo sistema, que pueda ponerse en práctica de inmediato para las nuevas incorporaciones al mundo laboral y contemple al mismo tiempo una transición entre el viejo y el nuevo modelo que no perjudique los derechos de los actuales perceptores.
No es fácil tarea y de difícil consenso, sobre todo porque nuestra clase política y sálvese quien pueda, no está preocupada por el futuro de sus representados sino por su presente, por su situación particular o de partido. Hemos llegado hasta aquí heredando y mejorando cosas que se crearon en la dictadura como son la Seguridad Social y las pensiones. Hemos creado en los años de democracia una nueva forma de Estado y una norma que rige su funcionamiento, pero este mundo nuevo requiere nuevas fórmulas y solo con diálogo y generosidad se pueden inventar. Mientras las rencillas partidistas y los intereses individuales predominen en el espectro político español no será posible el entendimiento. Los españoles somos como somos, ¿alguien se extraña?.
