Una amiga mía me pasaba hace unos días unas reflexiones de la escritora ruso-americana Ayn Rand, (San Petesburgo 1905/New York 1982), publicadas en 1950, que por su actualidad pasados ya casi setenta años, resultaban premonitorias.

“Cuando adviertas que para producir necesitas obtener autorización de quien no produce nada.

Cuando compruebes que el dinero fluye hacia quienes no trafican con bienes sino con favores.

Cuando percibas que muchos se hacen ricos por el soborno y por influencias más que por su trabajo y que las leyes no te protegen contra ellos por el contrario son estos los que están protegidos contra ti.

Cuando descubras que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un auto-sacrificio, entonces podrás afirmar sin temor a equivocarte que tu sociedad está condenada “

El último de los capítulos de esta novela por entregas titulada “Corrupción” me ha dejado patidifuso y no es que pensara que ya estaba escrito el epílogo al capítulo del PP, sino porque no esperaba que a la autoritaria  y avispada marimandona, Esperanza Aguirre, la fueran a engañar tantos y por cuanto de entre sus elegidos y protegidos.

Y es que la novela “Corrupción” se encuadra dentro del género de novela histórica cuando se trata de España, que ya Cervantes ponía en boca de Sancho: “Yéndome desnudo, como me estoy yendo, está claro que he gobernado como un ángel” . Tampoco muy lejos de la picaresca, que en los Siglos XVI al XIX nos mostraba cómo la compraventa de cargos en la administración y en la justicia siempre llevaban acarreado un beneficio personal.

En lo que concierne a esta piel de toro, la corrupción está tan extendida y generalizada que hace bueno el refrán que dice “No hace falta que me des. Ponme donde haya”. Lo que ocurre es que unas cosas salen a relucir y otras se esconden según de quién se trate. PP y PSOE andan emparejados  y se reparten la mayoría de los casos y de imputaciones y CIU a la zaga de los anteriores, pero mientras al PP le crecen los enanos en los circos mediático y judicial, el resto parecen haber quedado ocultos tras las nubes que contemplaba Zapatero. En los mayores casos de corrupción por implicados y cuantía se lleva la palma Andalucía, en cuyo palacio de San Telmo se encuentra la sede de la cueva de Alí-Babá, con ramificaciones que enlazan las sedes socialistas de forma que las catacumbas romanas parecen a su lado un juego de niños.

Pero en Andalucía y Cataluña la corrupción se analiza y se juzga en clave interna. Allí todo se perdona, en Andalucía porque el trinque es parte de la idiosincrasia popular, en Cataluña porque se entendió como una defensa contra el  “Espanya ens roba”. En la primera son muchos los imputados, pocos los juzgados y menos los condenados, en cambio aumentan las causas prescritas por los ERE de manos de quienes sustituyeron a la Juez Alaya, una heroína en el tenebroso mundo de la justicia. En la segunda ni son muchos los unos y los otros. Han pilado a cuatro “mataos” que van a pagar las consecuencias de que los Pujoles estén en la calle, riéndose a carcajadas de la justicia y del Gobierno, porque saben que “papá Pujol”  dice que si habla la democracia tiempla en España.  Hoy sale a la luz la noticia de que los fiscales que llevaban el “caso del  3%” Fernando Bermejo y José Grinda, han sido apartados del caso para ser sustituidos por “fiscales catalanes”, normal, en Cataluña como en Andalucía “perro no come perro”.

En cuanto toca al PP, que por cierto vaya criadero de sinvergüenzas, parece ser que todo lo demás se olvida y del iceberg de la corrupción solo se ve la parte emergida que curiosamente es la popular, a la que hacen visitas turísticas cruceros cargados de turistas mediáticos y judiciales dispuestos a conseguir y a salir en la mejor foto.  Los turistas mediáticos, ganados para la causa por la izquierda, que les mantiene la audiencia de los tele-basureros a cambio de no sacar del cajón los trapos sucios. Los turistas judiciales en los que para  muchos la estrella polar es lo único importante y no desechan para ello su peregrinación por los medios de comunicación,  enseñando sus vergüenzas y avergonzando con su actitud a la ciudadanía, eso incluso después  de haber ido de excursión por las playas de la política y haber contagiado su neutralidad con profundas dosis de chapapote sectario.

En palabras de George Bernard Shaw, Premio Nobel de Literatura, “Los políticos y los pañales deben ser cambiados con frecuencia … ambos por la misma razón”. Pero resulta que en España la Política se ha hecho profesional y el interés general está supeditado al interés particular de permanecer y no salir pobre del intento y así nos va. A Rajoy le crecen los enanos y se le reproducen como las amebas. Los corruptos y cainitas del PSOE están eufóricos –sin mirar a Francia claro- , los igualmente cainitas y corruptos podemitas, discípulos de Hugo Chávez y Mahoma y defensores de las atrocidades cometidas en su nombre, están que se frotan las manos porque ya lo sueñan –que no lo ven- más cerca. Por último, los riveritas, elevada su autoestima por la victoria de Macron pero sin caer en la cuenta de que ellos son un partido creado  por cascotes de miles de obras en torno a un pilar de ladrillo, creen que les ha llegado el momento y hasta puede que lleven razón, si los presupuestos no salen y el PP empieza a caer en las encuestas, unas nuevas elecciones les serían favorables.  Pero paciencia, que a Rajoy le crecen los enanos pero hasta ahora ha demostrado ser un buen funambulista , tanto como  incombustible.

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A Rajoy le crecen los enanos

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